El cambio climático es consecuencia, aunque no resultado, de nuestras acciones:
no lo pretendemos, pero lo provocamos.
Las acciones que llevas a cabo siempre tienen consecuencias, y algunas veces eso puede parecer una pesada carga. Por un lado, entiendes perfectamente que todo tiene consecuencias y por el otro, te descubres deseando poder, de alguna manera, escapar de ellas.
Porque por supuesto, las consecuencias son las que te permiten alcanzar las cosas que decides alcanzar. Las consecuencias hacen posible todo, desde poner en marcha tu coche hasta escalar una montaña, pasando por desarrollar un negocio exitoso. Si no hubiese consecuencias, aprender y ganar experiencia no tendrían valor alguno porque no podrían ponerse en práctica. En un mundo sin consecuencias no habría manera de escapar de la frustración.
Lejos de desear eliminar las consecuencias, aprende de ellas y descubre cuáles son las acciones que producirán los resultados que deseas. La vida está llena de consecuencias y así, está repleta de posibilidades positivas.
Directa o indirectamente, tanto el resultado como las consecuencias de una acción son causadas por el individuo.
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